sábado, 18 de julio de 2015

Saturno, acercándonos al planeta

La primera sonda que enviamos cerca de Saturno fue la Pioneer 11, en 1979. Dicha sonda midió su campo magnético, (algo que llevaban esperando muchos científicos) y descubrieron que, efectivamente, y al igual que pasa con Teruel: existe. Lo que pasaba era que al ser tan débil, no lo podíamos detectar desde aquí. Es incluso más débil que el de la propia Tierra.

Como en el caso de Júpiter, las siguientes sondas en llegar hasta Saturno fueron las Voyager, que eran básicamente lo mismo pero mejorado: mejores sensores y mejores fotografías. Se consiguió entonces medir perfectamente la duración de un día en Saturno: Unas 10 horas y media, una velocidad bestial, en realidad, para lo grande que es. Aunque para velocidad bestial, la de las tormentas que se dan lugar en su atmósfera, con ráfagas de unos 1800 km/h.

Saturno visto por la Voyager 2 a principios de los 80.

Se observaron perfectamente las bandas de la superficie de Saturno, viendo que eran muy parecidas, en realidad, a las de Júpiter, con lo cual se entiende que su interior debe ser similar, aunque menos extremo.

Y así nos tuvieron hasta 2004. Cuando llego la sonda Cassini, que ya había pasado cerca de Júpiter, como vimos, pero cuyo destino principal era Saturno. Fotografió en detalle, por ejemplo, el famoso hexágono de Saturno, situado en sus polos. Desde que lo había fotografiado la sonda Voyager 2, hacía más de 20 años, no se sabía qué podía ser… bueno, de hecho, todavía no está muy claro, pero como su velocidad de giro es la misma que la del campo magnético se entiende que están relacionados.

Aurora en Saturno
Aurora Boreal en Saturno, en la zona donde está el hexágono, ahora fotografiado por el Hubble

Y ahora prepárate, porque vamos a estudiar los anillos y las lunas de Saturno

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