Creo no hay planeta en el
Universo del que se hable, o incluso del que se sepa tanto como de Marte (sin
contar el planeta Tierra, claro). Y creo que no miento si digo que de Júpiter o
Venus no sabías casi nada antes de leer sus correspondientes entradas, pero de Marte
supongo que algo habrías oído, no es así?
En cualquier caso, Marte es un
viejo conocido por la humanidad. Es especial, porque para empezar, y como cualquier otro
planeta, se mueve en el cielo un poco a su aire. Con esto quiero decir que
cuando aparece, no lo hace siempre en una constelación determinada, como
cualquier estrella, si no que va cambiando de unas a otras a lo largo del
tiempo. (supongo que ya sabes que se mueve siempre por las constelaciones
zodiacales o, lo que viene a ser lo mismo, la eclíptica). Pero es que además de ese movimiento
alegre, su color, el rojo, le da un toque aún más especial. Fue debido a ese
color sangre por lo que los romanos le asignaron el nombre de Marte, Dios de la
guerra. Y no solo los Romanos: los babilonios lo llamaban Nirgal, los griegos
Ares y los hinúes Mangala, todos Dioses de la guerra y de la muerte.
Pero este 2015 no ha sido un año bueno para ver al Dios de la muerte. Marte pasa cerca de la Tierra cada 780 días, y en esta ocasión, no le tocaba. Sí que lo hemos podido ver, no obstante, pero pequeñito y al anochecer los tres primeros meses del año y de madrugada estos últimos cuatro. Estos días Marte saldrá por el este hacia las 5 de la madrugada, unos minutos después de Venus, y si tienes el coraje para levantarte a verlo y tienes la suerte de que lo ves, lo harás hasta que amanezca.
Los próximos días estudiaremos
este interesante planeta. Nos interesa por varios motivos. Primero, porque
desde la Tierra, cuando se ve bien, es precioso. Segundo, es muy parecido a la Tierra y todo indica que en el pasado lo fue aún más, con todas las consecuencias. Y por último, y relacionado con la segunda razón, quizá sea un futuro
hogar para los seres humanos… quien sabe.
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